
Nuevas noticias sobre la evolución del bitcoin no paran de aparecer. Ahora incluso los inversores más tradicionales del mercado de capitales, quienes antes defenestraban el mundo cripto, vierten sus opiniones y estimaciones sobre de la variación del precio del mismo.
Previamente, era regla general que actuaran con una clara desconfianza hacia los activos de estas divisas virtuales. Hoy todo ha cambiado. Una buena parte de los gestores de fondos más tradicionales comprenden la importancia de las criptomonedas para la economía mundial y hay quienes se aventuran a afirmar que en un futuro no muy lejano las mismas reemplazarán al tradicional activo de reserva de valor que viene acompañando a la humanidad desde tiempos inmemorables. Sí, el oro, el metal áureo puede tener sus días contados como activo de reserva de valor.
Basado en esa posibilidad, JP Morgan para afirmar que el bitcoin futuro puede llegar a valer 146.000 dólares.
Este valor no se alcanzaría de forma inmediata, sino en cuotas y a largo plazo. Para que este escenario se concrete, es necesario un incremento de 4,6 veces de la capitalización del bitcoin. Ese valor igualaría la inversión en oro por parte de inversores privados.
Incrementar la capitalización en casi 5 veces es algo inviable para este 2021 pero sí es bueno tenerlo muy presente en nuestras mentes a la hora de armar carteras de inversión con vistas al largo plazo.
¿Qué ocurriría con el precio del bitcoin si llega a 100.000 dólares en 2021?
El pasado año se vio una clara aceleración del precio del Bitcoin. Esta criptomoneda cerró el año con un rendimiento de 308%, superando muchas previsiones y expectativas más conservadoras. En buena parte, fue producto del incremento de la cantidad de inversores que desean tomar una posición sobre este activo. No obstante, el impulso se ha debido especialmente a la acción de varias compañías de peso, las cuales no solo invirtieron en Bitcoin; también comenzaron a ofrecer servicios destinados a facilitar el uso y expansión de esta criptomoneda.
Claro que existe una gran cantidad de inversores que han tomado una posición especulativa sobre la moneda, con lo cual, ante el primer cambio de tendencia podrían vender sus bitcoins y derrumbar su precio. El riesgo de que eso suceda está latente. No obstante, la clave a destacar en todo esto, es la adopción del Bitcoin por parte de las grandes corporaciones como activo de refugio.
Si la dinámica especulativa actual continúa con esta misma fuerza y tendencia es probable que su precio sobrepase los 50.000 dólares e incluso llegué a los 100.000 dólares. Pero más allá de lo espectacular de sus saltos nominales, esos 100.000 podrían representar un techo para la criptomoneda. Dada la demanda y condiciones de la economía actual parecería imposible la permanencia en esos niveles, convirtiéndose en un curso inestable por encima de ese valor.
Para llegar hasta el escenario donde el valor supera los 100.000 dólares, es necesario que continúen fluyendo las grandes inversiones institucionales hacia la criptomoneda. Si estas no se realizan, el precio del Bitcoin podría sufrir una rectificación dolorosa que se presentaría como una brusca y temerosa caída. La contrariedad en sí misma no será la pérdida de valor, pues en el curso normal de los activos financieros eso es algo cotidiano. El problema será, entonces, la reacción que puedan tener los inversores menos experimentados que ante un estallido o desplome significativo pueden verse atemorizados y deshacerse de su capital con el fin de evitar pérdidas mayores, profundizando así una caída libre.
En resumidas palabras, para mantener la tendencia al alza de la moneda deberá perpetuarse la inversión en bitcoins por parte de los grandes inversores, quienes son los encargados de mover y sostener el mercado. Así como una activa participación de inversores independientes y novatos, que en su conjunto representan un gran porcentaje de los activos actuales